Y terminó entregándose a sus más carnales deseos, porque tras esos breves minutos exclamó:-¡Agustín!, ven para acá.El chico se asomó de nuevo, esta vez con una toalla envuelta en la cintura para cubrirse.-Si, diga doña Mónica.-Emmm… – pareció pensar unos segundos – dame esa toalla Agustín, también voy a lavarla.Agustín se la quita, se la da y justo cuando se da la vuelva para retirarse-¡Agustín!, ven acá.El muchacho se queda atónito y confundido. Estuvo unos minutos de esa manera.Imagino que lidió una lucha interna entre sus deseos y su conciencia. Porno español Ella arrojó los pantalones al lavadero y se quedó congelada, con la mirada perdida en la nada, quien sabe cuántos pensamientos le cruzaron la cabeza en ese instante. – dijo tía Mónica.-Voy – dijo Agustín, llevando con él unas cuantas prendas más.-¿Estas son todas?, ¿seguro no tienes más ropa sucia? La cual claro, les contaré si logro hacerlo.Espero que les haya gustado. – dijo imperativamenteAgustín obedeció.-Quítate esos pantalones, que también están sucios-¿Qué? Mira nada más, ¿en dónde te revuelcas jovencito?, quítatela, voy a lavarla de una vez.
