—dijo Kira emocionada—. Tal como ella me lo ha dicho siempre: el gran secreto del sexo anal se encuentra en aceptar el dolor y transformarlo en satisfacción. Porno Y es que, al alejar mi rostro del suyo, pude apreciar la sensación agridulce que estaba padeciendo.En el rostro de Kira existía una expresión de resistencia, orgullo, placer y sufrimiento. Y lo mismo ocurría desde allá para acá.Había momentos, en que abría mis ojos y, aparte de ver el mundo salpicado de estrellitas, percibía la magia cósmica que ardía en el cuerpo de Mark. Pero para mí representó todo lo contrario. Esas dos bocas se amaban, se humedecían, se buscaban enloquecidas por obtener más y más placer. Esto está tan delicioso. Su sonrisa la delataba: estaba sufriendo, estaba padeciendo la incomodidad de tener un pene dentro de su culo, pero para ella valía la pena. Cuando nos abrió la puerta de su apartamento, su rostro se emocionó ante la sorpresa.—Hola, muy buenas noches —nos saludó—. Su sonrisa la delataba: estaba sufriendo, estaba padeciendo la incomodidad de tener un pene dentro de su culo, pero para ella valía la pena.
