Casi como una obligación, cada verano, Blanca, Camila y yo hacíamos una escapada a la playa. La playa estaba mucho más aglomerada en esta zona y, aun así, no se veía ni un trozo de tela que no fuera de las toallas. Porno hd Al otro lado del paseo marítimo, se divisaban hoteles, discotecas y otros sitios que había visto por internet; nos habíamos adentrado de lleno en la zona nudista. Yo también estaba pensando en algo así. No hemos andado casi nada y hemos entrado a otro mundo. Estiraba la lengua para alcanzar el glande cada vez que bajaban mis tetas. Tiramos las maletas, sin repartirnos las habitaciones siquiera, y bajamos corriendo a la playa.No tardamos más de tres minutos, tres minutos nos bastaron para hacer el tonto como tres mocosas que salen sin sus padres por primera vez. Después de una rápida degustación para recordar su sabor, la volví a aprisionar contra mis tetas, pero esta vez fue él quien puso el movimiento. Me quedo aquí atento a vosotras. Fuimos cantando e imaginando locuras y travesuras que haríamos estos días. No hemos andado casi nada y hemos entrado a otro mundo. De momento, nos quedamos el finde.En ese momento, como el monstruo de una peli de miedo, Blanca apareció por detrás
