Normalmente paso los fines fuera.Su risa era suave, casi traviesa. Porno hd Camila se inclinó ligeramente, tomó el cigarro con los labios, y en ese movimiento su escote se abrió un poco más, dejando al descubierto una línea profunda y provocadora. La empujé suavemente contra el espejo, pegando mi cuerpo al suyo. Vive con sus padres, tiene alrededor de 25 años —luego supe que eran 26— y estudia Derecho.Yo siempre he sido alguien discreto. Y mientras hablábamos, las miradas, los gestos, las pequeñas provocaciones se iban colando entre las palabras. Lo movía con intención, exagerando cada paso.Llamé el ascensor y entré tras ella. Entonces la vi llegar. Me quedé en la portería fumando un cigarrillo, disfrutando la calma de la madrugada antes de subir. Me miraba desde abajo, esos ojos llenos de lujuria mientras su boca se deslizaba cada vez más profunda. Es más, casi no te veo los fines de semana.—Porque no suelo quedarme aquí. Mi mirada bajó sin poder evitarlo, admirando esa piel tersa, la forma perfecta de sus senos.
