Sin apenas fuerzas para moverme me puse a lamer su clítoris hasta que dije:—¡Mariana… Mariana… para! Porno español Yo agradecido le lamí el ano y así pasamos dos horas maravillosas.Follamos dos o tres veces más entre el otoño y el invierno con la misma pasión. ¡Sácatela…sácatela! ¡Que me llega! Con mucho gusto decidí llevárselo.—Sí, ¿Qué quieres ?—Venía a darle el bolso que se ha dejado en la carnicería —le respondí nervioso.—¡Ah, sí, gracias! Yo me la pelaba como un mono pensando en Mariana y me puse a observarla desde mi ventana en las noches de estudio.Lo mejor llegó en una cálida noche de junio. ¡Otra vez, otra vez… que me corro…! La despojó del viso, y erotizado por el gusto, le desabrochó el sujetador, dejando las tetazas al aire libre de la cocina.Después se fueron hacia su cuarto y yo me la meneé hasta correrme vivo en dos minutos. ¡No… Noo… Nooo!Yo seguí besándola, sin poderme contener.-¡Así… ohhh… ¡Qué bien lo haces, ahhh… qué bien! Ella se apoderó de mi pito mientras yo le chupaba el semen derramado entre sus piernas y su almeja.
