Cuando estuvo bien mojada Gabriel se colocó tras ella, apuntó con la cabeza de su verga hacia ese ano que me parecía diminuto y comenzó a empujar. Porno español Ella me frotaba el clítoris y le acariciaba el tronco, mientras dejaba sus líquidos en mi boca. Gabriel la bombeó largo rato. Tenía el agujerito pequeño y con gusto a piel, nada en particular. Anabel tomaba ventaja.—Las quiero a las dos en cuatro —ordenó Gabriel.Nos pusimos como indicaba, con los brazos apoyados sobre el sillón y las rodillas en el suelo. Yo estaba llena de dudas, pero mi amante sólo sabe de hechos concretos. Una pelota de golf habría entrado perfectamente en ese agujerito redondo en que se había convertido el ano de la chica. Al principio me concentré en darle todo de mí, y en cumplir todas sus fantasías pues pensé que de esa manera me garantizaba tenerlo a mi lado.La cuestión es que Gabriel me pedía cada vez más y más, y yo terminé cediendo. Formábamos un triángulo del cual yo era la base. Me temblaba todo el cuerpo y sentía el líquido de mi amante agitándose dentro mío y escurriendo un poco hacia mis muslos.
