-contestó, resuelto.Dicho y hecho. Oí la llamada, pero en ese preciso momento tenía la polla de Jaime, mi vecino policía del ático, metida en la boca. Porno gratis El macizo fontanero agarró algunas herramientas y se metió con destreza, boca arriba, debajo del mueble. Perdí la noción de mi cuerpo, del tiempo y el espacio. Yo no. Sentí como me metía dos dedos, lubricados por mis propios jugos, mientras seguía estimulando el clítoris con la lengua. Nadie puede resistirse a la implacable tiranía de las feromonas. Perfecta. Él buscó mi mirada. Apenas podía replicar a sus comentarios. Eso me hizo estremecer. Ambos empapados en sudor y sexo. Con su polla dentro de mí me levantó en volandas y me llevó hasta el taburete de la cocina.Allí se sentó y siguió follándome, conmigo a horcajadas. De vez en cuando rompo algo en casa. Abdomen cincelado a conciencia por multitud de series y repeticiones. Dos fuertes chorros de leche caliente regaron mi pecho y mi cara. Fóllame, por favor.Marcos asintió y me comió la boca como firma del acuerdo. -Dijo, de repente.-Gracias, pues debo ser yo misma.
