Mis peticiones de misericordia no provocan en él ninguna compasión, es más, me amenaza con todo lo peor si se me ocurre gritar. Porno gratis –le pregunto una vez me ha metido en el cuarto tenebroso en el que guarda cubos, fregonas y escobas.Él me dice que soy una puta, que lo provoco con mi mirada, pero yo le juro que eso no es verdad. Qué sabor tan asqueroso el de su polla, qué sabor tan rico el de la paja que me estoy haciendo pensando estas guarrerías.Finalmente me hace tumbar de un empujón en el suelo y me obliga violentándome a abrir las piernas. Qué sabor tan asqueroso el de su polla, qué sabor tan rico el de la paja que me estoy haciendo pensando estas guarrerías.Finalmente me hace tumbar de un empujón en el suelo y me obliga violentándome a abrir las piernas. Nunca fui de consoladores, con mis manos me basto.Imagino a Julián, que me espera agazapado en el portal, oculto como una bestia, esperando a que yo pase a unos metros de él, desprevenida e inocente; se abalanza contra mí y tapa mi boca para que mis gritos pidiendo auxilio no se oigan.
>