Como a ninguno de aquella época, lo que detener. Y yo solo bailaba y bailaba mientras él, muy quieto, respiraba con ruido y me tenía firmemente tomada de la cintura.Me vine, casi eyaculé como hombre y dándome vuelta, escurriendo fluidos, lo besé largo y le pregunté: “¿subimos?” Y subimos, y bailé sobre su verga, sobre su ancho y depilado pecho, y tuve tres o cuatro orgasmos antes de que él me llenara con un mugido vacuno y luego, como tantos otros, se fue de mí. Porno hd Sí: me las quité con ágil movimiento, mientras él se tapaba la verga con ambas manos. Bebía un daiquirí cuando Franco tocó con sus dedos mi desnudo hombro invitándome a la pista, y lo seguí.Recuerdo a Franco bien, no lo he olvidado y el año pasado traté de encontrarlo otra vez. Sus besos sabían a miel, su delicadeza y suavidad me erizaban cada uno de los vellos de mis brazos –ya he dicho que para algunos quisquillosos, tengo demasiado— y yo, sin dejar de bailar, me di vuelta y acomodé mis nalgas contra su verga, acariciándolo al ritmo de la música.
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