Sexy Enfermera Curvilínea

En un viaje que hicimos Sonia y yo a La Habana;mi esposa se encaprichó de un botones negrazo al que veía cada mañana.El chico era joven y tímido pero calzaba un buen paquete;a mi mujer se le hacía la boca agua y comenzó a darle carrete. Sonia estaba empeñada en follarse a un buen mozalbete cubano;colgarme unos hermosos cuernos en mi presencia, algo muy mundano.El chico era un poco reacio a las frivolidades europeas;Sonia lo convenció de que prestar a tu pareja disminuye las cefaleas. En una noche estrellada salimos a dar un paseo por El Malecón;y para nuestra sorpresa nos topamos con el botones, se llama Aarón.Sonia coquetea y flirtea con él a lo bestia palpándole el trasero;yo lo tranquilizo y le digo que es un ofrecimiento sincero. Aarón se decide a acompañarnos a nuestros aposentos del Hotel Cienfuegos;mi esposa había triunfado e iba rebosante de egos palaciegos.Ya en la alcoba nos metemos en un jacuzzi y nos asombra el tamaño de su verga;de 23 cm no baja, ¡que los descreídos se dejen de monsergas! Sonia no pudo esperar más y sumergió la cabeza en aquella agua burbujeante;y se manducó casi entero aquel falo, Dios mediante.Aprovechando que Sonia no nos oía, el mancebo me preguntó si era de verdad mi esposa o una puta

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