El delirio llegó con un movimiento de su cintura que alojó tan hermoso pene en mi interior. Saboreé sus labios, lamiéndolos, mordiéndolos, loca de deseo. Videos Porno Cuando su lengua lamió mi abierto y mojado sexo, una fuerte sacudida agitó mi cuerpo. Era un maestro. Un hilo de lágrimas en mi mejilla me indicó que no volvería, que encontró otro cuerpo al que amar, otros labios que besar.Ensimismada y ausente, como la luz que ya se fue, me sentí sirena sobre la roca, oteando el horizonte marino, en espera de quien alguna vez ha de llegar. Cenamos ligero, tomamos una copa y nos marchamos. Mis ojos lo seguían, ya solo era una sombra.-Estoy asustada -grité.Volvió sobre sus pasos, haciendo que mi corazón se agitara. Sus manos en mi cintura acompañabna el balanceo. Hermoso, todo lo hermoso que un hombre puede llegar a ser. Su visión inundó mis entrañas. Sacó mi risa, tanto tiempo olvidada, con su acento gracioso. Tiré de él hacia el interior y entramos en casa.-No quiero que te marches -le dije con autoridad.-No lo haré, si tú no quieres.Me abracé a él, buscando su boca, acariciando su musculosa espalda.
