Por primera vez en mucho tiempo descubrí algo que no conocía de ella: sus pezones eran rosados.La toalla se frotó en su cuello y en sus tetas. Yo presté exagerada atención a cómo el líquido blanco entraba en su boca, manchando sus labios.Fue a lavar el vaso. Porno La llegada del fin de semana ya no genera ningún cambio de ánimo en la familia. Es que fue un día muy difícil en el hospital.¿Debía creerle? Me levanté, como siempre, a eso de las ocho, a prepararle el desayuno a Carmen, quien no tardaría en llegar, agotadísima, después de una extenuante jornada en el hospital. ¿Qué te pasa? Cada tanto su respiración era intercalada con un débil gemido. Tal vez Lelu quería ocultar algo, pensé en ese momento.—El mundo está raro —contesté—. Me acerqué a la puerta. Probablemente fui demasiado entusiasta al iniciar este relato. Pero ayer caí como un principiante.Eran las diez de la mañana, así que estaba convencido de que tanto Carmen como Lelu estarían dormidas.A esas horas suelo aprovechar para ordenar una pequeña construcción rudimentaria que tengo en el fondo, donde guardo todas mis herramientas, y un montón de cosas que no me decido —para horror de Carmen— si son objetos útiles o chatarra.Cuando volví a la casa, con un
