Ella no dejaba de mover su cabeza y mi corazón no dejaba de latir como loco.De pronto, la mujer se levantó y me tomó de la mano. Comencé a trepar el portón, que estaba muy resbaloso. Porno gratis He intentado tener varias relaciones, pero nunca he tenido buenos resultados. Algo que me causaba asombro, pues siempre estaba sola en su casa. Aquí tenía que poner a prueba las cincuenta flexiones que hacía a diario dentro de mi habitación.Cuando llegué a lo más alto, traté de no lastimarme con aquellas púas, pero al momento de saltar, mi sudadera se atoró con una de ellas, así que cuando aterricé ambos pies en suelo firme, mi sudadera estaba partida por la mitad.—¿Estás bien?Yo solo tenía en mente la terrible decisión que había tomado al intentar ayudar a aquella mujer.—Sí, estoy bien. Se veía algo alterada. Solté mi mochila y cayó al suelo. Salí de su sala rumbo a la puerta, pero ella me volvió a detener y me dio la vuelta, solo que esta vez se puso de rodillas y comenzó a olerme debajo de mi estómago, así, sobre la ropa.—¿Qué está haciendo?La mujer no dejaba de olerme, solo que me esta vez podía sentir sus dientes mordiendo mi pantalón.—Espera, Lucas.
