– y la chica volvía a ruborizarse.-Eso que dicen que, así como es el tamaño del pie así de grande su herramienta.-¡Si… algo así dicen! De hecho, como te le dije un día, cuando mi marido me coge, siempre imagino que eres tú haciéndomelo.-Jacqueline, ¿qué hace tu esposo, a que se dedica?-¡No hablemos de mi esposo! Porno hd Ella bien podría llamarme minutos antes de llegar o desde el estacionamiento para que yo saliera, pero siempre hizo lo mismo; entraba hasta mi oficina y salía conmigo apoyada de mi brazo. Crees que vale los $500.00 o está bien que se conforme con $300.00.-¡Ay, señorita… no sé qué decir!-Bueno… recuerda que nos someteremos a tu decisión.-¡No sé! ¿Quieres comprobarlo?-¡Me gustaría! – Jacqueline me hablaba de ese momento.-¿Recuerdas ese día en tu oficina cuando nos besábamos y me tocaste?-¡Cómo no recordarlo! Cariño, yo no soy un ser de metal como a alguien que conozco. Sentí ese olor embriagante de su concha y saboreé el exquisito sabor de su sexo.Continuará. -Y continuó. Ya de por sí era penosa la situación, pero Jacqueline iba siempre más allá, pero esta vez no solo ponía en la cuerda floja a la pobre mesera, sino que yo también me sentía en ella.
