Invitá a tus amigas, y yo llevo a mis amigos —propuso, con una sonrisa que me hizo dudar.—Mmm, bueno —respondí, mirándolo con indecisión.Nos despedimos con un beso en la mejilla, pero nuestros labios estuvieron a punto de rozarse. Porno gratis Mereces disfrutarla —respondió él, acercándose un poco más.En un momento de descuido, intercambiamos números. Tengo que ir a cocinar. Eran cuatro tipos atractivos, altos y con cuerpos trabajados que no pasaban desapercibidos. —pregunté, sintiendo cómo mis mejillas se encendían.—Por supuesto, no te hagas problemas. Lo que pasó, pasó. Esa experiencia me hizo dudar, incluso a pocos días de mi boda.Pasaron los días y traté de no mirar el celular. La atracción entre nosotros era palpable, y ambos lo sabíamos.—¿Por qué no me respondés los mensajes? ¡Alan!—¡Alma! No podía imaginar que esa decisión marcaría un antes y un después en mi vida.La noche llegó, y al entrar al boliche, noté que estaba medio vacío. Un escalofrío recorrió mi espalda.—¡Alan! Estuvimos tres años de novios, y cuando nos conocimos, yo era inexperta en el ámbito sexual. —preguntó de repente, rompiendo el silencio.—Disculpá, en estas semanas lo último que miré fue el teléfono. Aunque intenté poner límites, sabía que estaba jugando con fuego.—No me mandes mensajes a cada rato. La pasé muy bien.—Yo también me divertí
>