Entonces me di cuenta de que ambos sabíamos que esto iba a pasar desde que recibí su mensaje diciendo que volvía, por mucho que nos quisiéramos resistir.Seguidamente, él también empezó a desabrocharme la camisa a mí mientras yo terminaba de abrir la suya sin llegar a quitársela, entonces pude comprobar que efectivamente su pecho estaba más definido de lo que yo lo recordaba, aunque sin ser excesivo para mi gusto.A la vez, él me quitaba la camisa y yo continuaba con el cinturón de su pantalón para poco a poco ir besándolo pecho abajo, haciendo hincapié en sus pezones y abdominales ligeramente marcados, y terminar de rodillas frente a él, momento en el que tiré de sus pantalones y calzoncillos a la vez hacia abajo y su polla saltó fuera, apuntando directamente a mi cara, quedando a pocos centímetros de mi boca.Ninguno de los dos decíamos nada, pero respirábamos aceleradamente, excitados y nerviosos como si fuera de nuevo nuestra primera vez, con la diferencia de que ahora mi boca ya no era tan inexperta como en aquel momento.Con la tenue pero suficiente luz que entraba por la ventana, comencé a dar lentos lametazos a la barra de carne que se endurecía por momentos frente a mí, para posteriormente pasar a sus
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