Le agarré el culón, grande, lampiño. Ahí me pongo a mordisquearlas y chupetearlas, era como si me estuviera comiendo un filete de carnes en el mejor restaurante. Porno hd Llegó un momento en que me pegué a morderlas y chuparlas que vi como empezaban a quedar marcas de mis chupetes. Raúl vive en un pueblito costeño llamado San José pero su familia es de las montañas. No me sorprendió que estuviera nervioso porque a pesar que no habíamos hablado de lo que íbamos a hacer, era tácito y sobreentendido que dos hombres solos no iban a conversar en una tarde de un sábado. Ahí si chilló la perra y me dijo que le dolía, que aguantara, que fuera suave. Era como una pequeña vulvita, apretadita y a la vez ansiosa. Me quedé encima de él, chupeteándole la espalda y mordiéndole los hombros. Cada vez que interactuaba con él le preguntaba sobre su vida, su familia, sus intereses y así fuimos tomando confianza y al final lo invité a mi casa. Yo levantaba las nalgas, metía mi cara, mordía, arañaba y volvía a comenzar.
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Sarah Sultry: Una Niñfómana Devorada Por 4 Negros En Un Salvaje Gangbang
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