–Le pregunté–¿Qué te parece un hotel?–No, los de los hoteles me conocen todos–¿Que pasa que le sueles poner los cuernos a mi tía?–Que va mujer, es por cuestiones de empresa, bien sea por reuniones, por traer clientes, por jornadas de trabajo o comidas.–Pues tu dirás–No vamos por ahí y lo hacemos en el coche.–Puto coche –Dijo ella– Estoy hasta las narices de follar en coches.–Creo que tengo aquí las llaves de uno de los pisos que aún no he arrendado –Dije yo. Le quité la mano para no correrme y me puse entre sus piernas a pasarle mi lengua por aquellos labios ya húmedos y un clítoris que se había dilatado más de un centímetro. Porno Me dejó exhausto. Busqué las llaves y allí estaban en el salpicadero. Al poco regresó y un poco después vi como con disimulo acercó mi cubata a la orilla de la mesa, al oído me dijo “tíramelo por encima, porque tengo el pantalón mojado y se me nota mucho”.Así lo hice en un momento de la conversación le di un manotazo a mi cubata y se lo tiré por encima, ella se retiró, pero estaba empapada por el jersey y los pantalones, con lo cual tenía la justificación apropiada para que no se le notase la
