Todavía con la polla en la mano y sonriendo les dijo:–Soy la más puta del barrio y aun quiero más. Porno Al mismo tiempo, el chico le metió su verga por su húmedo coño.–¡Así, así, folladme, deprisa, más! El tubo entró haciendo succión y gruesas gotas de líquido vaginal salpicaron su vello púbico. Pero Rosa, en lugar de sentirse satisfecha, se desacopló, y se puso en cuclillas.–¡Vamos, vamos, poneos de pie!Se pusieron de pie y ella, cogiendo una polla con cada mano, comenzó a pajearlas. Por último, limpió las polla a lengüetazos. Rosa recibió los chorros con la boca abierta y estos le cayeron en el pelo, cara, tetas y boca. El coño de Rosa parecía un volcán y sus fluidos empapaban sus muslos y gemía como una perra. El fontanero le dijo a Rosa:–Pero si a esta cisterna no le pasa nada.–Pero a esta si –dijo Rosa quitándose el albornoz y quedándose en pelotas. El ayudante sacó el dedo y esta vez le metió dos, que entraron sin dificultad hasta los nudillos.
