Estaba arrodillado frente al sillón, desnudo, con un collar de perro en mi cuello. Porno español Después recogí todo el semen de su falo, chupando un poco la punta de su verga. —Me pateó la cara, tirándome al piso—. Mi pene ardía que pasión, dolía por la presión de querer salir de su fría prisión. Mi pene ardía que pasión, dolía por la presión de querer salir de su fría prisión. Ella me agarró del cabello y me restregó todo su sucio coño en mi rostro. No sé el tiempo que pasó, pero ya me dolía la espalda, las rodillas y mi poca hombría, si es que todavía queda algo de eso. Es un nuevo nivel de humillación e impotencia que tengo que soportar mientras que ella se divierte con su amigo. Se ve hermosa estando sudada, con el coño choreando semen.—Te lo merecías, perrita. Su gigantesca y gruesa verga creció entre mis manos con rapidez, lista para ser devorada por la boca y por el coño de mi dueña.Lo hicieron como animales salvajes, inundando de gemidos y gritos el departamento.
