Alexis Carmen: Cómic Perverso De La Zorrita Traviesa

La charla siguió en ese tenor, ella punzando y yo restando importancia. Porno Fue incontrolable, el gato comenzó a envestir desde abajo con firmeza y me vine enseguida, y otra vez.Recordé a mi esposo y me vine una vez más gritando el nombre de Cesar, el crujir del catre se confundió con los gemidos de la mujer casada y las órdenes del felino qué me montaba como quería. Un calor diferente escaló por las piernas escurriéndose por la abertura de la pollera e instalándose en mi intimidad. Yo lo acate por supuesto, como siempre, aunque estaba pasando una etapa donde la desilusión era mayúscula.A la libreta del fiado no le cabían más números después de un mes de huelga, el resoplido del gato detrás del mostrador era audible aun antes de entrar y la vergüenza me inundaba cada vez que tenía que comprar a cuenta.Los días continuaban sucediendo uno tras otro como la película sin novedad en el frente, Rubén y el Tiño se iban a jugar al fútbol por las tardes como dos adolescentes y nosotras ahí hastiadas, masticando bronca quejándonos de ellos.Una de esas tantas tardes calurosas de Marzo, Maritza me preguntó:–¿Qué onda, con el gato?

Alexis Carmen: Cómic Perverso De La Zorrita Traviesa

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