Amigas Calientes Del Campo Comparten Una Polla Grande

Yo no quería. Por idiota. Porno hd Ese calor húmedo que me recorría la espalda.Cerré los ojos. Jadeaba. Lo insulté, apenas.Me levantó con fuerza. Caminé como una zombi, con las piernas blandas, la garganta apretada.Cuando llegamos, me empujó suave y caí sentada en el sillón. Me senté en la cocina, crucé las piernas. Vos cobrás, yo me saco las ganas. Por quedarme ahí, tiesa, sintiendo que mi cuerpo le pertenecía más de lo que quería admitir.Él cerró con llave. Mirá… me calentás. Le agarré la cabeza con las dos manos, como si eso me devolviera algo de control. Pero no. Así se trata a una puta como vos.—Pelotudo… —le dije entre dientes, gimiendo.Me tiró del pelo con fuerza. Gemía como loca.Él se paró. Se bajó el jogging. Por idiota. Me ahogaba. Me temblaba la voz.No contestó. Me fui derecho a la puerta. Grité. Me calló.Después me agarró la cabeza. Me bajó la calza con movimientos firmes.Yo no lo detuve. No me tocó fuerte. El muy hijo de puta no se inmuta nunca.—Vos sabés cómo te trato. Me dieron ganas de irme en ese momento.—¿Y para qué me hiciste venir, entonces?Se encogió de hombros.—Acompañame un rato.

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