-Me dijo mi amigo Carlos.-Ok, está bien, ni una palabra ¿vamos a tu cuarto?Comenzamos a trabajar, pasaban las horas y horas, su madre nos trajo un sándwich para comer, cada vez que venía a preguntarnos si queríamos algo para comer podía imaginarme desnudándola y recostándola en mis piernas, dándole nalgadas mientras jalo su cabello y la oigo gritar, cada vez que venía mi pene se paraba y se ponía tan duro que debía ir al baño a acomodarme.Ya era tarde y estaba a punto de irme, abrí la puerta.-¿A dónde vas Andrés? Porno Por dios, que mujer tan hermosa, que piernas más preciosas y sus senos ¡oh por dios! –me dijo la señora Ingrid.-Si, por favor, gracias –le dije mientras me acomodaba mi pene en el pantalón que ya estaba duro como una roca.Ella veía caminando hacia mí, me entregó el vaso y se sentó en el sillón de enfrente, cruzó sus piernas y miró hacia la ventana. señora Íngrid así, repetía mientras me venía y podía oír cuando ella se empezó a venir al tiempo conmigo, sus gritos no eran fuertes pero oía como se desesperaba, se golpeaba esta vez fuerte su vagina, y no sé si por la calentura, pero le oí decir, más rápido Andrés, más mas, dame duro
