Lo abracé y sonreí ya desflorada. La luz era tenue, se escuchaba música romántica y con la mano palmeó la sábana pidiéndome que me acercara a él. Porno gratis Me besó, mordió y succionó los pezones. Tomó un vestido blanco corto sin mangas y lo puso frente a mi cuerpo.“Quiero verte vestida con este, ponte el sostén y la pantaleta que consideres más seductora y elige unas sandalias muy femeninas planas que no tengan cinta atrás. Resoplé exhalando aire por la boca agitadamente, por un segundo quise cerrar la mirada, pero recordé su instrucción y seguí viéndolo a los ojos. “Al fin soy una princesa, soy una nena” le respondí agradecido y lo besé alocando mi lengua dentro de su boca.Comenzó a salir de mí. “Te lo ruego”, le supliqué, “estoy temblando de nervios, quiero que al fin me hagas mujer. A cada paso, me vi y sentí más hermosa, más mujer. Mi recto y mi ano estaban totalmente expandidos. Mi ano estaba totalmente empapado de deseo. Me sentí reconfortado, una fantasía hecha realidad.
