Detrás de ella, Ahmed empujó profundamente y tras un pequeño espasmo y envió una pequeña ola de esperma a sus entrañas. ¡SE ESTABA CORRIENDO! Porno ¡Soy tu reina!», dijo Jacqueline, mirando el horrible rostro de Ahmed.Ahmed apartó la mirada de su rostro girándola hacia su pequeña polla marrón y poco después volvió a meterla en su boca.»Chúpame la polla», siseó Ahmed, y agregó sarcásticamente: «Mi reina».Se sacudió cuando los dientes de ella rasparon abruptamente su eje, pero rápidamente ella volvió a chupársela.»¿Sabes qué más les gusta, Maestro?: que les golpees las nalgas con la mano» Ahmed miró a Aket por encima de ella.Jacqueline miró furiosa a Ahmed con la mitad de su pene en la boca justo cuando la mano de Aket descendía con fuerza sobre su trasero izquierdo. El prepucio se extendía como un abanico alrededor de la cabeza y colgaba como el tocado de un faraón. Luego, Aket salió y cayó a su lado.»Eso fue increíble. Un gran prepucio holgado se aferraba con fuerza a la cabeza.
