Empezamos a beber tragos, a charlar de cosas diferentes. Fuimos a llevarle unos tenis que no sé quién había vendido y él los quería.– ¿Esta es tu jeva, mi herma? Porno hd Aquella noche la pasamos abrazados y acariciándonos, dándonos placer el uno al otro. Empezó cuando fuimos a casa de un hermano de Coque que vivía en Marianao, un tipo gracioso y bien plantado como diría mucha gente. Yo contento con aquel tipo que no paraba de besarme y acariciarme mientras me proponía que fuera su gente. Me gustaba el muy cabrón, era un tipo muy fogoso, aunque eso podía ser el principio.– Si quieres nos metemos en ese matorral y te la mamo…– No, mami, no quiero que me la mames… yo quiero darte pinga de nuevo por culo.Sí, me gustaba, el muy hijo de puta sabía lo que quería y cómo pedir lo que quería. Coque era negro, macho y tenía un buen machete, y lo principal, nos gustábamos mutuamente. Tú has sido el primero que me singo así metiendo hasta el tronco y sin chistar. Me le acerqué mientras le cogió el paquete por encima del pantalón.– ¡Coño, parece que algo quiere salirse!
>