Yo me hice la tonta y seguí mi marcha sin volver la cabeza, pero el camionero seguía intentando llamar mi atención. Porno Mi marido, como es habitual, ya se había marchado a trabajar, lo cual era una verdadera lástima ya que en caso de que hubiera estado en la cama a mi lado, le habría hecho el amor con verdadera lujuria, aunque, por otro lado, nada de lo que voy a contaros hubiera sucedido.Estuve un buen rato despierta sin levantarme de la cama. Mientras me llenaba la cara y los labios de saliva una de sus manos se deslizó por debajo de mi blusa y empezó a magrearme las tetas, mientras que con la otra me desabrochaba el vaquero. Mientras lo hacía, nuevamente sobrevinieron a mi cabeza pensamientos eróticos.Entonces se me ocurrió algo excitante. El muy cabrón sabía perfectamente tratar a una mujer excitada.Al mismo tiempo yo le bajé la cremallera del pantalón, le saqué la polla fuera y empecé a masturbarle. Por último, me calcé unos zapatos negros de tacón y salí a la calle.Mi marido y yo vivimos en un barrio de la periferia, cercano a un polígono industrial. El hombre cerró la puerta tras de mí, corrió unas cortinas rojas a todo lo largo de las ventanillas de la
