Poderosa.—Ya respiraste nuestro olor —dijo Eva, acercándose—. Mi boca quedó atrapada en su axila. Videos Porno Solo respira.Se acercó aún más. A cuerpo de mujer. Todo en ella me hablaba: su olor, sus curvas, su sudor. Poderosa.—Ya respiraste nuestro olor —dijo Eva, acercándose—. Olía a café, a piel húmeda, a deseo.Lina, joven, con la piel brillante por el sudor, caminó hacia mí sin prisa.Desnuda. Quiero que me tragues como si llevaras días sin probarme.Y eso hice. —preguntó Marcela, con tono seco.Gloria fue directa.—Tu novio me estaba ayudando con unos estiramientos para la espalda.Marcela frunció el ceño. Conozco a mi hija… y sé cuándo se queda con la casa oliendo a… hombre.Se llevó la taza a la boca. Me gusta oler a mí. A piel que no se ha bañado en días, pero que no huele mal… huele a deseo acumulado.—¿Nunca te ha dado curiosidad una mujer como yo? Su cuerpo enorme, envuelto en ese vestido sudado, hablaba por ella: senos pesados, caderas anchas, pies descalzos con las plantas negras del piso, piernas peludas marcadas por el calor del día y los años.—No digas nada —ordenó, con un tono más bajo—.
