Me bajó la calza con movimientos firmes.Yo no lo detuve. Pero sí.Cuando estaba al borde, cuando me ardían las piernas y sentía que me iba a ir, me sacó los dedos de golpe. Porno Se escupió en la mano. Me apoyó sobre la mesa. Me miró de arriba abajo.Yo tenía una calza apretada, una remera básica y el pelo atado. Vos cobrás, yo me saco las ganas. Te pago igual, no te hagas drama. Me dio una cachetada.—No me mires así, si te encanta.Me levantó la remera. Me apoyó contra la pared.Me agarró de las caderas. Me agarró las tetas con las dos manos, con fuerza.Me las apretó, me las chupó como un animal desesperado. Me abrió las piernas con la rodilla. Sin complicaciones. Me calló.Después me agarró la cabeza. Por no abrir la puerta igual. Lo hice por costumbre. Lo miré. Me dio una cachetada.—No me mires así, si te encanta.Me levantó la remera. Me llenó la concha de leche con un gemido ronco, jadeando sobre mi cuello.Yo me quedé ahí. Me apoyó la pija justo en la entrada, la movió en círculos y la metió.—Pagada o no, te encanta que te hagan mierda. Me la bajó hasta su pija y me la metió en la boca.Me dio cachetazos suaves con
