Le contesté con suavidad:“A vos, por tu predisposición.”Mi mente ya jugaba su propio juego. Él en La Pampa, yo en Misiones. Porno Tiraba la piedra… y escondía la mano.Un día me mandó una foto en bóxer, y sus pies cruzados, relajados.Le contesté:“Voy en un Uber-helicóptero. Bastó un “hola” para sentir el deseo de conocerlo… y cuando lo tuve frente a mí, una necesidad urgente de poseerlo, de hacerlo mío, de que me haga suya.Vivimos lejos. Hasta que vibró el celular:“¿Vos ya terminaste?”Ni lenta ni perezosa, le pasé mi número personal con la excusa más vieja del mundo:“A esta hora ya no veo este celu. Hasta que vibró el celular:“¿Vos ya terminaste?”Ni lenta ni perezosa, le pasé mi número personal con la excusa más vieja del mundo:“A esta hora ya no veo este celu. Las preguntas eran las clásicas: ¿qué hacés?, ¿cómo estás?, ¿soltera? Pero algo pasaba…Las palabras fluían como si ya nos conociéramos. Respiración contenida. Feriado largo, sin pasajes… no se pudo.Pensé que se desvanecería todo.Pero no.Empezamos a compartirnos por mensajes.
