—Y le di las gracias.—¡Oye! Videos Porno —¿Sin comida? Jajaja. y buenas noches. —Respondí.—Nacimos libres sin atadura diferente a la que nos une a nuestras madres. —Y yo quedé en las nebulosas por ese comentario.—Mejor estar debajo de las cobijas bien “entrepiernado” con tu mujer ¿cierto? Solo que te esperaba un poco antes. Igual a mí, me encantaba más tenerla debajo, encima, de medio lado y sobre todo en cuatro, desnuda y completamente mía. De solo recordarla, ya me iba empalmando mientras rodeaba las vitrinas de aquel sex shop, observando los atrevidos conjuntos con transparencias. Y me da pena contigo, porque no alcancé hoy a depilarme bien las piernas, por el afán de salir. —Era mi deber de esposo estar pendiente de ella.—Ok. Otras se dirigían también hacia mi destino y el “puertas”, cauteloso como siempre, requisaba a los hombres. —Me atacó con su pregunta para desviar mi atención sobre su respuesta. —Se desconcertó con mi pregunta, nerviosa se acomodó un mechón por detrás de su oreja, me miró fijamente, sin parpadear y se removió un poco en la silla. Jajaja. y buenas noches. De hecho mi marido y yo estamos esta noche aquí en una especie de terapia.
