En ese momento me ordenó desnudarme y obedecí. Miré a mi esposa, sus ojos brillaban, lo quería, pero no de decidía a aceptar. Porno español Mientras ella lo hacía, yo la desnudaba. Sentí su vagina húmeda y no resistí la tentación de meterle mi lengua, ella comenzó a gemir. No hacía más yo, solo empezar a ver en primer plano y entrecortado por los testículos del negro, como mi mujer empezaba a ser cogida y gemía como nunca conmigo. Sin dilaciones le dijo a mi esposa que se arrodille. Se levantó de la cama. Nos dijo «acuéstense juntos peruanos» y luego se vació en nuestros rostros. Sin dilaciones le dijo a mi esposa que se arrodille. Ella no se negó.Nos preguntó en que hotel nos hospedábamos, se lo dijimos y nos comentó que no había problema. Se sentía que ella quería algo con él. Se puso como perra. Hasta que el negro se venía. Hasta que el negro se venía. Él le preguntaba «te gusta tu negro» ella respondía que «si». Aunque algunas veces le había pedido verla coger, ella no se había decidido ni yo insistido.Viajamos a Colombia por una semana.
