Platicaban muy a gusto. Y nos besamos profundamente, amorosamente, compartiendo los sabores intensos de una jornada de placer.Fin. Porno Terminé de un trago mi bebida y los seguí, discretamente, hasta el estacionamiento. Te reías mucho, te sentías “agarrada”, «suya». Mientras fluían ríos de saliva entre sus bocas, él te acariciaba los labios vaginales con sus dedos húmedos, los recorría de arriba a abajo, se detenía en tu clítoris…¡¡¡Mmmm!!!Después, te metió dos dedos en tu vagina hasta que no pudiste reprimir el gemido que salió de tus entrañas. La empuñaste con tu mano derecha y apenas podías abarcarla… La pusiste frente a tu cara y jalaste hacia abajo el pellejo para liberar su cabeza. ¿Te hace falta verga? ¡Cuídate papito! Dejándolos dentro los movía hacia adelante y hacia atrás. Tus pezones estaban duros y se veían por encima del vestido…El chavo abrió la puerta trasera del coche, te levantó con sus brazotes y te puso en el asiento con las piernas hacia afuera. Te miró fijo a los ojos, te sonrió y apretó fuerte tu mano y tu cintura. Le mordías sus labios gruesos y carnosos y le chupabas con fuerza su lengua, como si fuera un anticipo de esa verga que ya querías tener entre tu boca. Llevaba botas de cuero, pantalones
