Tal y como pude apreciar momentos antes, su volumen era enorme y eso hacía que cayeran hacia abajo sin disimulo, pero su forma redondeada daba un placer inmenso al tacto. Porno Estaba claro que su clítoris era de un tamaño mayor del normal.Se asemejaba al de un garbanzo y el capuchón de piel que lo recubría se puso duro al notar el calor de mi aliento. Me di cuenta que esa nueva experiencia me volvía un animal sexualmente frenético.Así pasó la noche del viernes y todo el fin de semana. De su vagina salió expulsado un chorro de líquido acuoso que me puso la cara pegajosa. Era muy bajita y rodearla con mis brazos me daba una extraña sensación de protección y posesión. Allí mismo se la metí, de cara a la pared. Por entonces, sus caderas oscilaban ligeramente de un lado a otro y con respiración entrecortada gritaba: ¡dios… siii… me voy… dios…!Aquello me animó a darle mayor placer y a trabajar con más ligereza con mi lengua. Bajé hacia su ombligo y noté que se empezaba a vibrar. Luego la cogí en alto y la monté apoyando su espalda en un pequeño armario junto al lavabo. Me obsesioné con su facilidad para llegar al orgasmo y jamás había visto a
