Mientras se acercaba la observé a detalle. Porno hd Eres Selene ¿no? Cuando de pronto, se acercó a nuestra mesa una camarera a la que el uniforme se le ajustaba bastante a su hermosa figura. Mi esposa está durmiendo y yo…—No vengo a ver a tu esposa, sino a ti, Héctor.Selene me miró con picardía. ¡Asíii!Luego de un rato la giré, quise dominarla completamente haciendo mi sueño realidad. —mi esposa quiere una manicura.—Hola —interfirió ella con cara de pocos amigos — No, muchas gracias. Héctor. —¡Aceptó! La deseaba tanto.Nos besamos y la acosté. Luego me tumbó en el sofá y se me montó. —Eso le encantó.Y le di duro y más duro. Entonces le besé los senos, pequeños pero firmes. —dijo dirigiéndose a mí e ignorando por completo a mi mujer.Tanto fue mi nerviosismo que no supe cómo reaccionar ante esa belleza de mujer. La mujer que me privaba de mis sueños e invadía mis pensamientos. ¿Había sido un sueño? Y frente a mi auto, iluminada por los faros, cruzó la mujer más perfecta que conozco: Selene. No estoy viejo, pero siento que últimamente el ritmo de mi vida se vuelve aburrido. Debajo no traía brasier. ¡Dame duro! Luego tuvo uno, dos, tres espasmos. ¡Ah! ¡Más duro!Y le di más duro.
