Estaba nerviosa, si había una investigación quizás averiguasen lo de ellos. Porno hd Quizás Jaime no merecía estar ahí, pero estaba y a buen seguro, en su fuero interno, incluso las doncellas que contemplaban con temor el castigo, no eran inmunes al espectáculo sexual. Más abajo el vello púbico, abundante y desordenado.Doña Federica posó una mano en el trasero de la cocinera y la acarició. Habían perdido algo de firmeza con los años, pero junto a la jugosa raja, todavía conservaban el suficiente atractivo como para causarle una erección.– Mereces la vara. Ana sabía que había algo entre esos dos.También sabía que ese algo no tenía que ver con el jarrón, pero no importaba. ¿Cuéntame en qué consiste eso de deshacerse de los restos?Ana se hizo la loca.– Se equivoca señora, yo no…La esposa del dueño abofeteó a la pelirroja cortando en seco la conversación.– ¡Crees que soy estúpida! – ordenó el varón mientras se arremangaba la camisa dejando a la vista sus velludos brazos.La mujer tragó saliva, se dio la vuelta, levantó las faldas del vestido y desnudó su trasero.Carlos contempló las pálidas nalgas de su mujer. Una lluvia fina preludio de un día frío y desapacible.
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