Dolores y yo llegamos a tener bastante intimidad, y hablábamos de nuestras vidas, de trabajo y estudios, de chicos, de sexo, etc., sin ningún reparo. Porno Ella lo recibió igualmente bien. Además, yo estaba agotada de trabajar (limpiaba portales – en el orfanato había aprendido todo sobre limpiar y trabajar duro y para mí era una rutina sencilla hacerlo, pero era trabajoso, los “señoritos” son muy exigentes, aunque lo hagas bien).Me duché mientras ella preparaba una merienda ligera y seleccionaba un video para la velada. La intensidad crecía y crecía, lamiamos como putas desbocadas, sin control. Todo siguió igual de alegre que siempre. Ella me decía:-Gracias, te quiero Jessica, gracias. No comentamos nada más. Ella lo debió de notar, porque me miro intrigante, de manera muy intensa, con sus ojos marrones. -y me besaba también.Note como se ponía encima de mí, tumbándome en el sofá. Yo quede completamente desnuda, sobre el sofá, y ella en calcetines. A ella un poco, me había confesado, pero no tanto como para hacerlo con cada una.El filme nos dio un par de sustos, y con el ultimo nos abrazamos.
