El hombre se movía enloquecido, temblaba y su respiración se agitó, era obvio que no podía resistir más. Juan me miraba, su sonrisa malvada me decía que no podía negar la realidad, que mi propia hija era la que me hacía perder el control.Mis ojos no podían dejar de ver el espectáculo que ofrecía Sandy, sus pezones se erguían a través de la tela, sus nalgas se movían al compás de la masturbación contra la pared, su respiración era cada vez más agitada. Porno Los participantes deben detenerse inmediatamente. El hombre se movía enloquecido, temblaba y su respiración se agitó, era obvio que no podía resistir más. La persona se dirigió precisamente a nosotros como los infractores. Su piel morena, ahora se enrojecía al ritmo de sus jadeos, y sus ojos se cerraban en un gesto de placer incontrolable. Se acercó a la pared, la multitud de manos se apresuraron a acariciarla, palparla, explorarla, para mi sorpresa se dejó hacer. 4 manos que entraron por los orificios acariciaban sus nalgas y sus senos.“Myriam sácame la leche, ya no puedo más” –Pidió JuanMi esposa, escuchó la petición de Juan y, sin perder la concentración, se hinco nuevamente y tomó también mi verga y empezó a masturbarme mientras hacía lo propio con Juan usando
