Ella lo notó y bajó la intensidad del roce de sus manos. Porno español Sus ojos, negros y grandes, desprendían una luminosidad que solo imagino que puede existir en el infierno.Se sentó sobre mi vientre y comenzó a embadurnarme y masajearme las tetas. Me acosté boca abajo en el centro de la cama. Doy gracias a los dioses por eso.De entrada, me pareció raro que trabajase durante toda la noche, pero mis ganas de sentirme más liviana pudieron más. Apoyé mi cabeza en su pecho, mientras su respiración agitada me hacía sentir muy feliz.Salí del trancé cuando sonó su celular, el cual estaba sobre la mesa de luz. Nos besamos, pasando todos mis jugos de su boca a la mía. Está cerca. Como un autómata le dije: “Sí, pero rápido”.Quince minutos después, llegó Abigail. Se sentó sobre la cama y me pidió que me sentara frente a ella, lo más cerca posible. Me pidió que esté tranquila, acariciándome el pelo. Nada me calienta más que me acaricien el pelo. Tenía un vestido ajustado negro, con un escote que dejaba muy poco para la imaginación.
