–cambié mis movimientos-.-Ay, cabrón, ¡qué rico!-A quién te cogiste, ¿eh?-A Jimena.-¿A la novia de Hugo?-Sí, la invité de antro y luego hotelazo.-¿Estuvo rico? Así me vine de nuevo, entonces me concentré en hacerlo venir a punta de mamársela. Porno gratis –sonreí- Pásale.Le ofrecí algo de tomar y me pidió algo que tuviera alcohol; le serví un ron de esos que se toman solos. Pero ninguna está tan rica como tú, Ana.-¿Ah sí? Me resistí un poco, aunque eso era lo que yo quería.-No, Saúl, espérate.-No te hagas, Ana, me te has apretado desde el año pasado; pero tienes tantas ganas como yo.-Podría ser tu mamá –él seguía besándome y manoseándome-.-Pero no eres, chinga, eres una vieja que está bien buena y que me quiero dar (coger).-No, Saúl –yo estaba calentándome bastante-.-Entonces por qué tanta sonrisita y ojitos en la oficina, ¿eh? Se la acaricié con mis tetas, con los pezones en la punta de su verga. Eres un cabroncito, Saúl.
