Carlos sollozaba de placer y cerraba los ojos sometiéndose a mis maniobras, sin la más mínima negativa. Videos Porno Una vez que los cuatro nos quedamos en cueros, Carlos y Julio se sentaron juntos en el tresillo. Unas veces lo hace con mi conocimiento y otras a escondidas. Permanecí sentada sobre Carlos, con su rabo clavado en mi coño, durante dos o tres minutos más, mientras me recuperaba.Cuando finalmente me fui a levantar, Carlos me lo impidió. Esta vez quería mandar él. Desde ese momento, hasta que ya no pudo más, consiguió que yo me corriera dos veces más. Me colocó las piernas sobre sus hombros y empezó a follarme ante la horrorizada mirada de mi marido. El muy cabrón se estaba corriendo dentro de mi coño sin ni siquiera preguntarme si “iba segura”, pero aquel detalle no importaba en ese momento.Su leche rebosaba por debajo de mi coño hasta alcanzarme el ano, el sillón y la alfombra, pero él seguía follándome sin parar. La muy zorra de Conchi le acariciaba los huevos a mi marido al mismo tiempo que su mano le recorría el pene con maestría, y al muy cabrón de Julio parecía gustarle aquello demasiado.
