–Respondí –Bueno, No exactamente… Hay un chico con el que me llevo muy bien pero no nos hemos besado ni nada.–¿Y eso por qué? Porno Sus movimientos ya no eran suaves, sino vigorosos, y yo jadeaba mientras hundía mi cara en sus pechos y pellizcaba sus pezones. Un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo por dentro. No se si estaba teniendo un orgasmo tras otro o un orgasmo increíblemente largo, solo sé que acabé exhausta. Me sentí un poco tonta cuando Laura se interrumpió para desabrochárselo ella misma, pero se me pasó enseguida, cuando palpé aquellos enormes pechos perfectos. Aquellos ojos tan hermosos, color miel con destellos casi verdes, me miraban fijamente mientras Laura acercaba su rostro al mío. Su lengua dibujaba círculos alrededor de mi pezón con tanta suavidad que volví a excitarme.Mis caderas se movían de nuevo. El roce me producía una sensación increíble. Una extraña sensación de humedad que nunca había sentido antes empezó a crecer en mi entrepierna.La mano con la que Laura me había acariciado, que seguía unida a mi rostro, se deslizaba ahora por mi cuello, acariciándome únicamente con las yemas de los dedos.
