Él lo estudia. Él está perdiendo el tiempo. Porno Comience a leerlos. Él se sienta. Unas manos agarran esas increíbles nalgas, las abren y dejan al descubierto la jugosa fruta que es su coño. Él lo bebe todo y continúa bombeando, y me mira con esos ojos que piden placer. Comience a leerlos. Cruzaba las piernas con mucha más frecuencia, sin su atención habitual, permitiendo que mi mirada entrara en lugares que habitualmente me estaban prohibidos.Me di cuenta de que los releyó varias veces. Veo que la agitación crece en ella, su respiración se acelera, sus mejillas se sonrojan ligeramente. Finalmente se recompuso y regresó a su banco. La forma en que se muerde el labio mientras lo empuja hacia su culo casi me hace perder el control. Quizás porque casi siempre elegía el banco frente al que se había convertido en mío, cerca del antiguo puesto de sandías, o quizás por algunos de sus curiosos hábitos que poco a poco fueron capturando mi curiosidad.
