En ese momento no pude soportarlo más y me vine abundantemente en uno de los orgasmos más fuertes que yo haya tenido jamás.Una vez que se la sacó, vi a mi esposa lamerse los labios y limpiarse la barbilla con el dorso de la mano. Stella separó su boca de la de él y viéndolo con cierto entusiasmo, supongo que le decía que no deberían estar haciendo esto. Porno ¡oh Dios!Al día siguiente muy temprano desayunamos mis hijos, mi esposa, David y yo; mis hijos quisieron ir de pesca y mi esposa insistió en yo los llevara, junto con otros muchachos. Me reí entre dientes, adivinando los deseos del joven.Cuando llegamos a la playa ya la expedición estaba organizada. David ya no estaba. “¿Stella… Stella?” Volví a gritar y al acercarme a la entrada tomé las dos copas con una sola mano y abrí la puerta.Stella estaba nuevamente recostada en la silla. “¿Stella… Stella?” Volví a gritar y al acercarme a la entrada tomé las dos copas con una sola mano y abrí la puerta.Stella estaba nuevamente recostada en la silla.
