Le pedí que no hiciera eso, que no me cogiera por allí. Le pedí que parara nuevamente. Porno Pero era una súplica inútil. Me cogió con sus dos manos y me llevó a la fuerza a la cama. Pero yo estaba como inerte. Le volví a suplicar que pare. En alguna oportunidad me hizo comentarios groseros, diciéndome cosas como “prima tienes buen culo”. A simular que lo estaba disfrutando. Cómo no vivía en Lima, sus presencias eran esporádicas.Un día mi esposo me dijo que Juan Carlos vendría a Lima. Trataba en todo momento, en cada reunión en la que coincidíamos, de mantenerme lo más lejos posible de él.Así pasaron algunos años. Puse música y me puse a lavar los servicios. Lo que más repetía era “este culo ya es mío”. Quise soltarme, pero él ya me había cogido por la cintura, me tenía dominada. Sólo sollozando. Me dio tanta rabia que me encerré en la habitación sin responderle nada. Él se había ido. Pero no fue así.
