Los gestos respondían.Las manos de Rosanna y de Ismael se encontraron brevemente en las nalgas de Vanessa, como si hicieran un pacto silencioso, compartido. Porno español Sin necesidad de palabras, se miraron… y caminaron juntos hacia la sala de juntas, como si el eco de lo vivido horas antes aún los llamara.Una vez dentro, Rosanna cerró la puerta, esta vez con el seguro puesto. Vanessa gimió, no de dolor, sino de un placer contenido que al fin tenía salida.—¡Oh, my god! Reclamaron lo que el deseo había sembrado en los tres.Durante unos instantes, sus respiraciones se entrelazaron. Pero lo cierto es que, de un modo u otro, todos habían cambiado un poco.En el fondo de aquellos escritorios Vanessa se cruzó con Rosanna nuevamente. Rosanna lo miró de reojo, con una expresión que mezclaba poder, permiso y complicidad.—Lucas —dijo con voz baja—, no toques nada… solo mira.Ismael tragó saliva, asintió, y sacó su celular. Un segundo. Las luces del exterior comenzaban a reflejarse en los cristales, y las sombras de la ciudad trepaban por las paredes del estudio.Solo quedaron tres.Ismael, Rosanna y Vanessa.El silencio entre ellos no era incómodo.
