Gordas Salvajes Follando Duro

– preguntó,– No, no me duele al contrario, me estás haciendo gozar mucho, siento muy rico como mueves tu dedo- respondí.– Mmm, tienes un culito perfecto, muy rico y suave, yo también estoy gozando, me encanta sentir tu hoyito tan apretadito y caliente, es tan suave por dentro, ufff.Sabiendo que no me lastimaba continuó moviendo su dedo dentro de mi colita, lo metía y sacaba, hacía círculos en mi interior, pronto fueron dos dedos jugando en mi colita, evidentemente buscaba dilatar el estrecho conducto, su verga crecía y se endurecía.– Mmm, que culito tan hambriento, siento que succiona mis dedos, estoy seguro que necesita algo más que un par de dedos, para satisfacerlo, ¿cierto?– Sí, Pablo, necesito tu verga, ya no aguanto – salió de mi bocaAbrió mis nalgas al máximo y siento un escupitajo directo a mi orificio, a lo que le digo:– No, espera, creo que se requiere algo más que saliva, tu verga es muy gruesa.Me levanté y fui a mi cuarto por el lubricante que me había dejado Arturo, sentía la colita sensible y húmeda por su saliva, al regresar Pablo ya estaba desnudo y le entregué el lubricante en lo que le dije.-Toma, es el lubricante que uso para encular a mi novia, nunca pensé que

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