No solo por su juventud, sino por la forma en que me miraba… como si yo fuera su fantasía más sucia. Se le notaban esas ganas de comerse el mundo. Porno hd Me sobaba. Y aquí adentro, yo recibiendo esa verga joven mientras me mordía la muñeca para no gritar.—Mierda… no puedo creerlo —decía él jadeando.—Créelo —le respondí sin voltear—. Me cogía con hambre, como si fuera un premio, como si lo necesitara.Y yo me dejaba. Era joven y atractivo, y estaba justo en ese punto en el que hacía babear a cualquier mujer, de cualquier edad. Se venía encima de mí, no solo con su cuerpo, también con su deseo. Solo cerré los ojos, apreté los labios y me dejé romper. No solo por su juventud, sino por la forma en que me miraba… como si yo fuera su fantasía más sucia. Compartiendo ese secreto.Me bajé la falda con cuidado. No respondió.—Tranquilo. Digamos: el nerviosismo normal cada vez que le hablo.Esperé unos minutos, asegurándome de que nadie sospechara. Al contrario… me calienta.Él levantó la vista y me encontró más cerca.
