Nos reconocimos al primer golpe de vista, dejando de lado un posible momento incomodo con carcajadas. Porno hd No sé cuánto tiempo estuvimos así, hasta que me dijo que iba a acabar. Al instante se dio cuenta de lo cerca que estaban sus manos de mis tetas. Me agarró del pelo y me llevó hasta su boca. Entre gemidos me pidió que frenara. Me sequé y desnuda fui hacia la habitación. Encontré su nombre y su número de celular en el parabrisas del auto, con la palabra “PERDÓN” en mayúsculas. De inmediato me empecé a calentar. Mi mano comenzó a deslizarse y a apretar esa cosa hermosa que crecía por mí, cuando sus labios se pegaron a los míos en un beso húmedo y apurado. Acepté.Ya dentro de su camioneta, el ambiente se tornó extraño. Estuvimos unos diez minutos acariciándonos en silencio, cuando sentimos que una sirena se acercaba hacia donde estábamos. Me despertó el agua que comenzaba a enfriarse, aunque yo seguía muy caliente.
