“Tranquila, mira, es sencillo si lo ves así,” dijo, inclinándose para señalar una línea en el cuaderno ajeno. Su voz era suave pero firme, y sus ojos tenían ese brillo de quien disfruta enseñar.En el fondo del aula, cerca de la ventana, un chico de cabello castaño despeinado y lentes ligeramente torcidos la observaba en silencio. Porno Stephany no reparó en él; para ella, era solo otro rostro entre tantos. A sus 23 años, había encontrado un equilibrio único entre dulzura y carácter que dejaba huella en quien la conociera. Solo miró, con esa mezcla de curiosidad y reserva que lo definía. Esos chicos tímidos, de mirada esquiva y frases a medio armar, siempre parecían rondarla. A sus 23 años, había encontrado un equilibrio único entre dulzura y carácter que dejaba huella en quien la conociera. Solo miró, con esa mezcla de curiosidad y reserva que lo definía. Erick no dijo nada, como era su costumbre. Era amable, sí, aunque no de un modo pasivo que pudiera confundirse con fragilidad.
